domingo, 8 de marzo de 2020

Queda pollo en la nevera

...y las alas del colibrí dibujaron un infinito, con el sol asomándose al balcón del horizonte
tan lienzo, tan espléndido, tan cálido, como amarse
en pleno invierno.
Y sucedió tu tacto, y ocurrió tu brisa, y, oh,
esos ojos que derriten glaciares, esa lengua
tan vacuna de coronavirus.
Y brotó tu verbo como un géiser de espadas,
y tú, tan pretérito pluscuamperfecto de mentira,
te clavaste en mis alas.
Pero, oh, no hay nada más
sólido, cósmico, hiperbólico, meteórico, demoledor, mayestático y rotundo
como los nuevos rayos de sol
en pleno invierno.