<<Lo siento, Víctor. No puedo soportarlo más. Créeme, lo he intentado. Pero sueño cada noche con su carita. Le escucho reír en su habitación. Y me duele demasiado saber que fuimos nosotros los que le arrebatamos esa risa. Era mi hijo, Víctor. Le quería más que a mi propia vida. Como a ti. Y hubo un momento... Sólo fue un puto momento. En el que te elegí por encima de todo. Querías que formáramos nuestra propia familia. Nunca podré perdonármelo. Cuando llegues a casa, no me esperes. No volveré. Voy a la policía, a buscar lo que merecemos. Aunque lo único que necesito ahora ya es imposible de encontrar.
Te he dejado pollo en la nevera.>>
Mensaje recibido el jueves 5 de junio a las 18 horas y 32 minutos.
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