miércoles, 23 de noviembre de 2011

"Con lo que hemos sido", Toma Uno

Veraneaba en el otoño con su sonrisa tímida habitual pero en las paradas del autobús podía oírse el eco de cuando reía desatada y me plantaba un beso en la mejilla por sorpresa como descorchando una botella de Rioja del sesenta y cuatro en un iglú. Entonces una ráfaga de viento despeinaba su flequillo dibujado con escuadra y cartabón, mientras metía sus manitas con rojo acrílico sobre el lienzo de sus uñas en el bolsillo de mi chaquetón y volteaba el mundo cruzándose de piernas. Después el gris marengo de las nubes se apagaba y sus labios comenzaban a temblar como un flan de caramelo recordándome que aquel postre aún estaba por tomar y que mañana, o tal vez pasado, pagaríamos la cuenta. Y el viento soplaba y la despeinaba y no para de reír hasta que llegaba el mastodonte sobre ruedas que nos llevaba hacia su alcoba, donde hacíamos montañas con la ropa y nos frotábamos como esquimales que fabricaban una hoguera, utilizando dos o tres gemidos al segundo como fuelle y medio millar de lametones de sarmiento.

2 comentarios:

Unknown dijo...

preciosa historia =) te invito a pasar por mi blog, espero que te guste =) Besos!

http://matandolasnormas.blogspot.com/

Christian Rubio dijo...

Me alegro mucho que te guste! Y gracias por seguirme, tienes mis visitas garantizadas a tu espacio infinito y virtual ;-).
Un beso del otro lado del charco