martes, 12 de abril de 2011

Yo a Roma no voy...


Vías oxidadas, trenes que patinan,
Andenes desahuciados, frías despedidas,
Viernes a la sombra, lunes de oficina,
Billete hasta tu alcoba, transbordo en tu cocina.

Farolas eclipsadas, lunas escondidas,
Semáforos en rojo, tabernas bajo cero,
Colchones en la acera, rincones hoteleros,
Esquinas vagabundas, mendigo en tus pupilas.

Timones con termitas, tormentas de granizo,
Polizón a bordo, mareas que palpitan,
Mapas del tesoro, literas que se rifan,
Botes salvavidas, naufragio entre tus rizos.

Pájaros que emigran, nubes traicioneras,
Huelga de pilotos, salidas de emergencia,
Viaje sin visado, desnudas turbulencias,
Exceso de equipaje, destino tus caderas.

Asfaltos que se hielan, neumáticos en llamas,
Depósito en reserva, ventanas empañadas,
Asientos reclinables, linternas averiadas,
Trayecto de salida, derecho hacia tus piernas.

Estaciones en tu almohada,
Bulevares que se mudan,
Callejones por tu ropa,
Marejada en tu cintura.


No todos los caminos llevan a Roma...
...A mí, sin ir más lejos, no hay ninguno que no me lleve hacia tus pasos...

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