Te pregunté si el cielo era capaz de guardar todas las promesas que nos hacemos aquí abajo para después proyectarlas en cinemascope cuando estuvieran a punto de partirse en mil pedazos.
Ves eso, me dijo. Es una sombra de lo que eres empapado de lluvia regalándome todo tú. Y aquello de allí, mira. El reino que construimos cuando éramos jóvenes y soñábamos con besarnos las canas. Y lo de más allá. Ah no, eso es sólo una nube.
No quería que abrieras tantas de mis puertas destrozando los pomos como si fueran de cartón piedra, pero lo hiciste. Sin proponértelo, quizás, puede, tal vez, quién sabe, pero sin ruido. El secreto del éxito es ser secreto.
No mires hacia arriba colibrí. Aquí abajo está todo lo que necesitas. En este charco. No ahí, no en ese cementerio.
Contigo aprendí a volar sin despegarme del suelo.
2 comentarios:
"El secreto del éxito es ser secreto"
muy acertado e ingenioso, y que no se entere B. Prado que te lo coge prestado para sus libros de aforismos
muy bueno, hace tiempo no disfrutaba de una lectura sencilla llena de emociones, no dejes de escribir, saludos...
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