Te pregunté si el cielo era capaz de guardar todas las promesas que nos hacemos aquí abajo para después proyectarlas en cinemascope cuando estuvieran a punto de partirse en mil pedazos.
Ves eso, me dijo. Es una sombra de lo que eres empapado de lluvia regalándome todo tú. Y aquello de allí, mira. El reino que construimos cuando éramos jóvenes y soñábamos con besarnos las canas. Y lo de más allá. Ah no, eso es sólo una nube.
No quería que abrieras tantas de mis puertas destrozando los pomos como si fueran de cartón piedra, pero lo hiciste. Sin proponértelo, quizás, puede, tal vez, quién sabe, pero sin ruido. El secreto del éxito es ser secreto.
No mires hacia arriba colibrí. Aquí abajo está todo lo que necesitas. En este charco. No ahí, no en ese cementerio.
Contigo aprendí a volar sin despegarme del suelo.
lunes, 16 de febrero de 2015
miércoles, 4 de febrero de 2015
*No eres mi enfermedad
Un día cualquiera, puede que tras un delicioso desayuno mediterráneo, o escuchando a Buddy Holly en la radio, o a las cinco de la madrugada como fruto de un desvelo.
A la luz de un microscopio, en una almohada, acariciando a un gato en una recóndita calle de Bombay o de La Habana, qué más da. Llegará esa idea con incontables años de trabajo cargados a su espalda, con océanos de sudor derramados en su búsqueda.
Y será un día cualquiera, y una persona cualquiera, en un lugar cualquiera. Y será un genio, o un becario, o un tipo que barría el laboratorio y sin quererlo, pobre diablo, tropezará contra una mesa y mezclará el líquido de dos probetas que sacarán al conejo escondido de la chistera
Porque da igual el cuándo, el dónde y el cómo. Porque llegará.
Hasta entonces, espera. Y vive con miedo a todos esos que luchan para combatirte.
Porque nadie se rendirá ante ti.
*Día Mundial contra el cáncer
Prescripciones:
Recetas personalizadas
Suscribirse a:
Entradas (Atom)