Por si duermes.
Y estás preciosa.
Ronroneando, en la almohada de un tipo afortunado, o de un idiota.
Por si los dedos de tus pies están descalzos. Y los frotas, y recuerdas que hubo un tiempo en que esos dedos se frotaban con los dedos de otro idiota.
Por si sueñas. Por si se cumple la mitad de la mitad de lo que sueñas.
Por si te estremeces, y al abrigo de otros brazos. Por si alimentan tus bocados, y la bulimia de otros labios.
Que hubo un tiempo, que lo hubo. Y respiraba, como quien respira en un campo de violetas y azucenas, y tenía alergia a las distancias que distanciaban tus lunares.
Y se mecía, en la espuma de las olas, y sus mares, no entendían de mareas. Y caminaba. Y por la arena, levantando con sus pasos oro y plata, y la brisa le lamía por su piel de porcelana. Y le hacían reverencias monarquías, continentes, bancos, selvas y praderas.
Eso que ahora es, un páramo.
Pero estás preciosa.
Porque hubo un tiempo.
Pero ahora.
Por si despiertas.
Por si olvidas.
sábado, 19 de mayo de 2012
miércoles, 16 de mayo de 2012
"Con lo que hemos sido", Toma Tres
Atrasé el reloj hasta pasadas las siete, pero ya no era de noche.
No sé qué cojones se me pasó por la cabeza. Supongo que creía que así volvería a vivir ese momento. Es la manzana podrida del cesto de los momentos, aquel en el que te das cuenta de que ha pasado algo tan bueno que jamás volverá a pasar. Al menos, no de aquella forma. Podrías llevar otro peinado, lucir otra sonrisa, incluso estar con otro alguien. Eso le da un aspecto distinto. Te da un aspecto distinto. Una mierda de aspecto, probablemente.
Era una noche de manos. Una noche de manos soldado, que desafiaban las agujas del reloj. Y no les importaba un carajo los golpes de estado, las enfermedades autoinmunes, la lluvia ácida, los goles del partido.
De manos malabaristas, que danzaban por aquí y por allá, por espaldas, muslos, mejillas. Que brincaban burlándose de las sombras, y jugaban a ser dios y a diseñar universos bajo la ropa.
Despacio, me decía.
Más despacio, me pedía.
Despacio.
Y ahora estoy estancado en el fango.
No sé qué cojones se me pasó por la cabeza. Supongo que creía que así volvería a vivir ese momento. Es la manzana podrida del cesto de los momentos, aquel en el que te das cuenta de que ha pasado algo tan bueno que jamás volverá a pasar. Al menos, no de aquella forma. Podrías llevar otro peinado, lucir otra sonrisa, incluso estar con otro alguien. Eso le da un aspecto distinto. Te da un aspecto distinto. Una mierda de aspecto, probablemente.
Era una noche de manos. Una noche de manos soldado, que desafiaban las agujas del reloj. Y no les importaba un carajo los golpes de estado, las enfermedades autoinmunes, la lluvia ácida, los goles del partido.
De manos malabaristas, que danzaban por aquí y por allá, por espaldas, muslos, mejillas. Que brincaban burlándose de las sombras, y jugaban a ser dios y a diseñar universos bajo la ropa.
Despacio, me decía.
Más despacio, me pedía.
Despacio.
Y ahora estoy estancado en el fango.
Prescripciones:
Jarabes para el desamor
lunes, 7 de mayo de 2012
Subtitulado para el pueblo llano
Joven, maduro, responsable, impecable currículum vitae, humilde y educado. Atractivo, honrado, hacendoso, cumplidor. Casero, abstemio, elegante, trabajador, despreocupado de los incentivos...
Resolutivo, serio, pulcro, dinámico, servicial. Conformista, sumiso, desinteresado, leal a la patronal. Respetuoso, sencillo, modesto, formidable proyección de crecimiento, austero, católico y taurino...
Patriota, aplicado, fino, ahorrador, inmejorable perfil profesional. Cortés, comedido, familiar, monárquico y emprendedor. Universitario, tres máster, abundante experiencia laboral, perfecto manejo del inglés, francés, alemán y congoleño...
Sincero, puntual, comprometido, elevado bagaje cultural. Alto, delgado, sano, activo, deportista sin dopaje, limpio y aseado. Guapo, comprensivo, demócrata convencido, cercano, encantador, quinientos doce amigos en el facebook...
Así es como dicen que quieren que seamos.
Cuando en realidad nos quieren tontos, enfermos y desinformados.
Resolutivo, serio, pulcro, dinámico, servicial. Conformista, sumiso, desinteresado, leal a la patronal. Respetuoso, sencillo, modesto, formidable proyección de crecimiento, austero, católico y taurino...
Patriota, aplicado, fino, ahorrador, inmejorable perfil profesional. Cortés, comedido, familiar, monárquico y emprendedor. Universitario, tres máster, abundante experiencia laboral, perfecto manejo del inglés, francés, alemán y congoleño...
Sincero, puntual, comprometido, elevado bagaje cultural. Alto, delgado, sano, activo, deportista sin dopaje, limpio y aseado. Guapo, comprensivo, demócrata convencido, cercano, encantador, quinientos doce amigos en el facebook...
Así es como dicen que quieren que seamos.
Cuando en realidad nos quieren tontos, enfermos y desinformados.
Prescripciones:
Píldoras contra la ignorancia
jueves, 3 de mayo de 2012
Lo bello y lo bestia
Me refería a que, tal vez, mañana sea tarde
para enfrentarnos a ese cigarrillo.
El de después.
Después de que aprenda a querer sin follar,
a follar sin querer, y a diferenciar
entre lo bello y lo bestia.
Cuando me disfrace de lobo famélico y estepario
bañado por los fluidos corporales
de la puta de la luna.
Me refería a que, tal vez, elija ser indiscreto
señalando las coordenadas donde tus labios
tienen que enterrarme.
O escogiendo el cauce plateado
por donde deben discurrir
tus ríos de saliva.
Mira, sólo quería hacer pedazos el colchón
que aguanta los cimientos de la tierra
y la feroz rutina.
Sólo quería vaciarte el corazón
y desplumar tus alas
de tanto ruido.
Y en la cresta de la ola de tus olas, montar
una isla a la deriva,
y en tu coño, una trinchera.
Una vez más.
En este fuego cruzado.
En esta hoguera.
En este olvido.
para enfrentarnos a ese cigarrillo.
El de después.
Después de que aprenda a querer sin follar,
a follar sin querer, y a diferenciar
entre lo bello y lo bestia.
Cuando me disfrace de lobo famélico y estepario
bañado por los fluidos corporales
de la puta de la luna.
Me refería a que, tal vez, elija ser indiscreto
señalando las coordenadas donde tus labios
tienen que enterrarme.
O escogiendo el cauce plateado
por donde deben discurrir
tus ríos de saliva.
Mira, sólo quería hacer pedazos el colchón
que aguanta los cimientos de la tierra
y la feroz rutina.
Sólo quería vaciarte el corazón
y desplumar tus alas
de tanto ruido.
Y en la cresta de la ola de tus olas, montar
una isla a la deriva,
y en tu coño, una trinchera.
Una vez más.
En este fuego cruzado.
En esta hoguera.
En este olvido.
Prescripciones:
Jarabes para el desamor,
Viagras gramaticales
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