Ella es un bomboncito californiano con unas gotas de sangre latina (gracias a su padre de ascendencia mexicana), y no hace mucho que fue catalogada como “la mujer con las proporciones perfectas”. Un apelativo muy adecuado, desde luego. No goza sin embargo (ni nosotros tampoco) de los redondeados y pomposos glúteos de la Jenny, pero no los necesita para desatar las fantasías de medio globo terráqueo, incluidos hombres, mujeres, niños y perros. Pero Jessica Alba tiene (al menos aún) los pies en el suelo, mejor aquí cerca que allá arriba, al fin y al cabo es lo que queremos todos, que nos ciegue con su belleza y su estrellato siendo lo más terrenal posible. Y más ahora, que ha cogido carrerilla y saca películas como churros con chocolate, ricos y baratos, aunque por desgracia la veremos poco próximamente al estar de vacaciones, o lo que es lo mismo, embarazada y encima de gemelos.
Pero no es su poderoso atractivo físico lo que más me cautiva, ni mucho menos. El bomboncito ha decidido codearse con el suspense y el terror psicológico después de sus paseos por Sin City, sus aventuras marvelianas formando parte de Los 4 Fantásticos y haber deambulado en el reparto de un par de peliculillas de poca monta. Eso sí es lo que me ha vuelto loco por sus huesos y sobretodo desconcertado por su futuro, pero en este género siempre hay sitio para uno más, no es tan hermético como las comedias o los dramas, donde sólo unos pocos se salvan de la quema. Alguien oyó mis súplicas y metió al bombón en el mundo de los aullidos con The Eye, adaptación de la película japonesa con mismo nombre y misma trama, y con Despierto (Awake, claro), que ha llegado a nuestra comarca con 4 meses de retraso.
La primera de ellas nos presenta a una invidente, adivinad quién interpreta el papel, que se somete a un transplante de córnea que le devolverá la vista y la invitará a dar un paseo por el precioso mundo de los espíritus, las almas en pena y cualquier tópico fantasmagórico que se le ocurra al espectador, o lo que es lo mismo, un guión que se puede escribir perfectamente en el papel higiénico mientras uno hace de vientre. Por suerte los botes son algo inesperados, no por la situación, sino por el momento exacto en que te llevas el sustito. Por lo demás poco que resaltar, la peli está paverseunavez (mientras no sea en el cine) y babear con la protagonista. Perdonad que lo recalque tanto, lo bueno siempre se merece alabanzas.
Por otro lado, Despierto es un producto que se disfraza de suspense del clásico, del que los malos se van desenmascarando poco a poco y te llevas algún disgusto. Empieza sin fuelle (en media hora sólo destaca Alba en la bañera, mojada…) y acaba flojo, pero el nudo es fuerte y engancha lo suyo con sus idas y venidas por el universo paralelo de Hayden Christensen (Anakin Skywalker en las dos últimas guerras galácticas), un joven, rico y guapo empresario ennoviado con el bomboncito y que necesita un transplante de corazón -sí, también es de transplantes-. La anestesia general no funciona en su organismo antes de la operación, por lo que su cerebro permanece totalmente despierto mientras que su cuerpo queda totalmente inmovilizado, pudiendo incluso sentir como el bisturí le abre el pecho y escuchar a los cirujanos como conspiran contra él…
Te doy la bienvenida señorita Alba al género de los gritos y la tensión, aquí te sentirás como en casa y harás las delicias de los retorcidos amantes de esta familia del arte. ¿Ya lo dicen por ahí, no? ¡No te puedes ir de este mundo sin probar de todo, sweety!
Pero no es su poderoso atractivo físico lo que más me cautiva, ni mucho menos. El bomboncito ha decidido codearse con el suspense y el terror psicológico después de sus paseos por Sin City, sus aventuras marvelianas formando parte de Los 4 Fantásticos y haber deambulado en el reparto de un par de peliculillas de poca monta. Eso sí es lo que me ha vuelto loco por sus huesos y sobretodo desconcertado por su futuro, pero en este género siempre hay sitio para uno más, no es tan hermético como las comedias o los dramas, donde sólo unos pocos se salvan de la quema. Alguien oyó mis súplicas y metió al bombón en el mundo de los aullidos con The Eye, adaptación de la película japonesa con mismo nombre y misma trama, y con Despierto (Awake, claro), que ha llegado a nuestra comarca con 4 meses de retraso.
La primera de ellas nos presenta a una invidente, adivinad quién interpreta el papel, que se somete a un transplante de córnea que le devolverá la vista y la invitará a dar un paseo por el precioso mundo de los espíritus, las almas en pena y cualquier tópico fantasmagórico que se le ocurra al espectador, o lo que es lo mismo, un guión que se puede escribir perfectamente en el papel higiénico mientras uno hace de vientre. Por suerte los botes son algo inesperados, no por la situación, sino por el momento exacto en que te llevas el sustito. Por lo demás poco que resaltar, la peli está paverseunavez (mientras no sea en el cine) y babear con la protagonista. Perdonad que lo recalque tanto, lo bueno siempre se merece alabanzas.
Por otro lado, Despierto es un producto que se disfraza de suspense del clásico, del que los malos se van desenmascarando poco a poco y te llevas algún disgusto. Empieza sin fuelle (en media hora sólo destaca Alba en la bañera, mojada…) y acaba flojo, pero el nudo es fuerte y engancha lo suyo con sus idas y venidas por el universo paralelo de Hayden Christensen (Anakin Skywalker en las dos últimas guerras galácticas), un joven, rico y guapo empresario ennoviado con el bomboncito y que necesita un transplante de corazón -sí, también es de transplantes-. La anestesia general no funciona en su organismo antes de la operación, por lo que su cerebro permanece totalmente despierto mientras que su cuerpo queda totalmente inmovilizado, pudiendo incluso sentir como el bisturí le abre el pecho y escuchar a los cirujanos como conspiran contra él…
Te doy la bienvenida señorita Alba al género de los gritos y la tensión, aquí te sentirás como en casa y harás las delicias de los retorcidos amantes de esta familia del arte. ¿Ya lo dicen por ahí, no? ¡No te puedes ir de este mundo sin probar de todo, sweety!
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